"Un lugar donde guardar el aroma que sale de los pucheros, una buena receta, la tarjeta de aquel restaurante que nos gustó tanto, la etiqueta de una botella de vino…"

La cajita de Nieves y Elena

Tarta Pez de Fondant de Chocolate y Lacasitos


Vi la tarta en Internet, y enseguida pensé en hacerla. ¡Una tarta multicolor y llamativa que no tenía ninguna complicación!. Cualquier niño se sentiría feliz viéndola, así que esa tarta se la iba a hacer a mi ahijada en mis vacaciones de Semana Santa. Metí un par de moldes de silicona en la maleta ya que era lo único que necesitaría para una receta tan sencilla. ¿Sencilla? Sí, sencilla aunque todavía no sé que es lo que falló.



Lo primero que hice cuando llegué al apartamento de la playa fue ir a comprar los ingredientes necesarios, 1 yogur, aceite (1 vasito de yogur), azúcar (2 vasitos), harina (3 vasitos), levadura, 3 huevos, mermelada de fresa, chocolate fondant y Lacasitos (dos bolsas para tener surtido de colores). ¿Todo perfecto? No, en el súper no tenían la levadura que uso habitualmente y compré la marca blanca del sitio, aunque eso no tendría que ser ningún  problema. También me di cuenta al llegar a casa que en vez de Lacasitos había comprado cacahuetes bañados en chocolate, aunque eso no alteraría sustancialmente el efecto final de la tarta. ¡No pasa nada Elena!, me dije a mí misma, va a quedar preciosa de todas formas y esta vez Jimena tendrá su tarta.

Hundido en el centro, se iba desmigando al untarlo con la mermelada
Me había llevado a mi nieta de vacaciones, por lo que aproveché para preparar el bizcocho el paseo matinal que mi marido le daba a Sofía. No quería interferencias, ni estar pendiente de un bebé que acaba de descubrir un mundo en los armarios de la cocina y que podía acercarse peligrosamente al horno. Precalenté el mismo a 180º, batí los huevos manual y enérgicamente y poco a poco fui añadiendo el yogur, el aceite, el azúcar y el harina mezclado con la levadura y cuando fui a poner un poco de cacao en polvo para que saliese un bizcocho de chocolate me di cuenta que no tenía. No pasa nada, me dije, y añadí Nesquick. Puse la mezcla en el horno y pasados 30’ vi con horror como mi bizcocho, aunque había crecido, estaba como hundido por el centro. ¡NO PODÍA SER! ¿Qué había pasado? ¿Sería la levadura? ¿El Nesquick? ¿Un horno cutre de apartamento playero? ¿El clima?.... Pero aún así no tiré la toalla, dejé enfriar el bizcocho antes de desmoldar y al hacerlo, para mi sorpresa me encontré con un bizcocho súper esponjoso del que se me desprendió un trozo. ¡No pasa nada!, esto se cubre con el fondant de chocolate y se disimula. Mientras tanto Sofía ya había hecho su aparición de nuevo y reclamaba mi atención. ¡Un segundo, Sofía que ahora jugamos! Partí el bizcocho por la mitad y lo unté con mermelada de fresa (palmas palmitas…), puse una capa de chocolate fondant en medio y cerré. A continuación corté una porción para que hiciese las veces de cola y empecé a cubrir toda la tarta con el fondant de chocolate (pica, pica, pollito…) pero al untarlo se me iba desmoronando (soy uno cuando estoy solo y dos si tú estás conmigo…), todo lo que quería tapar se me iba deshaciendo (cucú…tras). Cuanto más tapaba, más chapucero quedaba y más me iba estresando…

Al cerrar el bizcocho después de rellenarlo el desmigado era mayor

Esta es la idea, sólo hay que conseguir que tenga consistencia
Adorné con los cacahuetes por no decir que me había rendido, pero evidentemente no enseñé el desaguisado a nadie, bueno sí, ahora os lo enseño a vosotros, corté la tarta por la mitad y subí a mis sobrinas la parte que había quedado más vistosa. Tengo que decir en mi favor que la tarta estaba muy rica y que la idea es buena, por lo que podéis animaros que seguro que os sale espectacular. Yo lo intentaré de nuevo con mi levadura de siempre y con cacao. Mientras tanto…

Bon Appétit
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