"Un lugar donde guardar el aroma que sale de los pucheros, una buena receta, la tarjeta de aquel restaurante que nos gustó tanto, la etiqueta de una botella de vino…"

La cajita de Nieves y Elena

Buey de mar gratinado

Buey de mar gratinado
Cada vez que vamos al súper a hacer la compra del mes siempre cogemos un buey de mar, de los que vienen envasados al vacio, congelados y ya cocidos, nos encanta y siempre viene bien tener en casa.
Simplemente hay que sacarlo el día de antes de su consumo y dejarlo descongelar en la nevera.
Se puede preparar de muchas maneras, no os preocupéis si no lo habéis hecho nunca, porque aquí os voy a explicar paso a paso cómo hacerlo, desde cómo abrir el buey y despiezarlo, hasta un magnífico relleno gratinado muy atractivo y con un sabor que os va a sorprender, os aseguro que no lo vereis repetido en ningún sitio. Marca de La cajita, empezamos:

El primer paso es el mas importante: Se trata de elegir el buey de mar correcto, normalmente, si nos fijamos en la etiqueta todos pesan lo mismo, mas o menos, por lo que cogeremos NO el mas grande, sino el más pequeño; me explico, lo rico del buey de mar son las huevas que lleva en su caparazón, por lo que cuanto mas lleno esté pesará mas, y si es muy grande y pesa poco estará hueco, así que a igual peso cogeremos en mas pequeño.

Una vez lo tengamos en casa ya descongelado lo lavamos bien con una esponja, agua y jabón y colocamos sobre la mesa los ingredientes que necesitamos para prepararlo: una cebolla, 3 dientes de ajo, 2 puerros, 2 cucharadas de tomate natural o frito (en su defecto), una copa generosa de brandy, mantequilla, queso rallado y pan rallado.






El segundo paso es fundamental, es aprender a despiezarlo sin que no se nos rompa, para que su presentación sea perfecta. Colocamos sobre una tabla de cocinero el buey "patas arriba" y veremos que en la parte trasera, tiene como una tapa que levantaremos y arrancaremos sin problema destapando una línea perfecta del caparazón en el centro. Con ayuda de un cuchillo, con mucho cuidado, con fuerza y con firmeza hacemos un corte por esta línea y metiendo el dedo gordo de la mano derecha por el agujero trasero y sujetando con la mano izquierda las patas, la pinza y el pecho izquierdo tiraremos sin miedo, siempre con fuerza y firmeza pero con cuidado y haremos lo mismo con las patas, la pinza y el pecho derecho.


Debe quedar así:

Despiece buey de mar


Lo mas dificil ya ha pasado, ahora sólo tenemos que vaciar la cabeza del buey con ayuda de una cuchara, desechando las pieles y machacamos en un bol el contenido con ayuda de un tenedor; un apunte: del buey de mar se come todo, excepto lo que no podamos masticar, es decir, aunque veamos partes mas marrones, otras rojas, otras naranjas y con diferentes texturas, TODO, TODO, lo mezclaremos...


Continuamos lavando bien el cascarón de la cabeza y retirando "los alerones" laterales, son unas piezas que tiene el caparazón en la parte inferior central, que se quitan fácilmente y salen enteras.


Dejamos al pobre animalito por un momento y preparamos el relleno.
Hacemos un sofrito con la cebolla y los ajos bien picaditos, cuanto mas menudos mejor y los puerros en ruedas muy finas. Cuando esté pochadito añadimos el tomate, removemos y añadimos el brandy, ahora viene lo divertido y a la vez peligroso, cuando comience a hervir prendemos con un mechero, debemos asegurarnos primero de no tener nada de tela, papel o plástico alrededor que se pueda quemar, y flambearemos.


Saldrá una llamarada muy grande, pero no os asusteis ni intenteis apagarla antes de tiempo, dejadla que ella sola se apagará cuando consuma todo el alcohol, tened paciencia y disfrutad del espectáculo.
Una vez se apague añadiremos la carne del buey y mezclaremos bien.


Rellenamos con cuidado el caparazón, mezclamos el pan rallado con el queso y lo extendemos por encima haciendo una capa gruesa y daremos el toque final esparciendo unas tiritas finas de mantequilla y un poquito de perejil picado por encima.


Encendemos el horno para gratinar y colocamos el buey con cuidado encima de la rejilla a media altura.
¿Cuando sabremos que está listo? Cuando presente un delicioso aspecto dorado.
Presentamos en una plato o bandeja con las patas colocado como si estuviera entero, podemos ponerlo sobre una cama de lechuga o adornado con perejil ... Echádle imaginación...


Y a disfrutar de las caras de vuestros comensales cuando lo presentes en la mesa. Se quedarán boquiabiertos.

Imprime esta receta