Tarta fondant piano
Una tarta fondant piano para mi padre, en el día del padre:
En mi casa coincide en día del padre con el su cumpleaños, y tenemos costumbre de celebrar los dos acontecimientos el mismo día ¿qué mejor ocasión para dar rienda suelta a mi creatividad y preparar un dulce regalo? Sí, me estoy refiriendo a una asombrosa y sorprendente tarta fondant.
Pensé y pensé en las aficiones de mi padre y enseguida surgió la música:
Cuando era pequeñita empezaron a entrar en nuestra casa todo tipo de instrumentos, de todos los tamaños y colores, un violín, un piano ... colecciones y colecciones de libros, discos, cintas cassette ... de música clásica. Incluso un buen día entró también un señor mayor con el pelo blanco que decía que era nuestro profesor de piano, uuuff, ¿os imagináis? yo, que soy negada para la música, que no tengo oído ni para entonar el "cumpleaños feliz" ... creo que dí cuatro clases y desde luego que fueron un desastre.
La tarta desde luego debía de ser un piano. Al principio tenía varias ideas, dejar el bizcocho cuadrado y ponerle algunas teclas alrededor y algún adorno en forma de nota musical por encima y listo, pero me vino la inspiración y decidí hacer la forma de un piano de cola.
Recorté el bizcocho con dicha forma y amasé mi fondant, negro, con bastante dificultad todo hay que decirlo, cubrí la superficie y lo decoré y mientras:
El relleno quería que fuera de nata montada, pero mi pobre batidora batió y batió durante minutos interminables y aquello no había manera de montarlo, la pobre terminó con un calentón de no te menees y la nata siguió sin inmutarse, así que fue por la pila.
Eché mano de mi capacidad para improvisar y cogí mi mermelada de fresa, mis pasas que tanto me gustan y algunas avellanas que siempre tengo y que siempre me sacan de apuros y rellené con esto mi bizcocho.
Eché mano de mi capacidad para improvisar y cogí mi mermelada de fresa, mis pasas que tanto me gustan y algunas avellanas que siempre tengo y que siempre me sacan de apuros y rellené con esto mi bizcocho.
Monté las partes y voilà! la verdad es que después de tanto sudor y casi lágrimas me salió un piano espectacular, juzgar vosotros mismos.
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